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۞VICENT Y ESTEFANÍA ,14 DE AGOSTO DE 2016۞


jueves, 6 de junio de 2013





El aire estaba engalanado de todo el frágil humo que desprendían las cientos de antorchas de aceite de citronela que coronaban los límites del vetusto puente Rialto. Las llameantes lumbres que desprendían sus mechas se reflejaban en las vinosas aguas del Piavea, jugando a través de sus pequeñas mareas a desfigurar tan bella estampa. La luna se hallaba vestida de gala en lo más alto de la reinante noche en una Venecia que se preparaba para dar rienda suelta a toda la magia presente en el ambiente y comenzar así sus carnavales. Al fondo de las empedradas calles se hallaba una gran alameda flanqueada por velas que desprendían delicadas fragancia a azahar, lavanda, jazmín...inundando todo aquel paraje de igual modo los caudales inundan las bellas calles de este pequeño paraíso del Véneto, éstas terminaban delante del suntuoso Palazzo Cavalli Franchetti. Allí se postraba, regio y austero, perfectamente iluminado hasta su último recoveco. Dos grandes cortinajes de terciopelo verde obscuro daban la bienvenida a la magnificente entrada de la morada. 

La fachada sólo era un sutil preludio de su fastuoso interior. Un apurado estilo neoclásico recorría aquel edificio metamorfoseándose en esbeltas columnatas toscanas y compuestas, infinitas bóvedas de crucería sostenían las cientos de lágrimas que caían delicadamente de las pomposas lámparas que nos iluminaban. El palazzo se había engalanado para la velada y había disfrazado sus marmóreas paredes de gasas indias para dar comienzo los carnavales y no ser menos que sus habitantes aquella noche. Entré asombrado ante semejante belleza. Iba disfrazado de Parsifal, el mítico caballero del Santísimo Grial, vestía a las espaldas una túnica de batista roja con un traje de caballero de tonalidades azules, me inspiré en el retrato de Ludwig II de Baviera para mi disfraz. La cabeza la llevaba cubierta con una sofisticada máscara de alas de pavo real guarnecida con una greca iraní en sus formas. Entré en el gran comedor y ví como toda la sociedad italiana se movía al son del Vals del Kaiser de Strauss, giraban y giraban delicadamente a lo ancho del gran salón. Las vaporosas vestiduras de las damas bailaban al mismo son que sus dueñas con sentida gracia. 

Todo el mundo se encontraba oculto tras espectaculares máscaras. Andé por allí sin estar seguro qué encontrar exactamente, me movía como un espectro esquivando los delicados vaivenes de todos aquello que bailaban. Me acerqué a la orchesta a escuchar de cerca e intentar ver como las melodías...las notas, claves, aracusas... salían de aquellos instrumentos para ascender hasta la elevada techumbre que nos aguardaba de la noche. Miraba a mi alrededor de desdeñosa manera viendo como el lujo y la ostentación eran los protagonistas de aquel carnaval. Había disfraces verdaderamente apurados; divinidades grecolatinas, reyes y reinas, personajes shakesperianos... un sinfín de bellos disfraces que como colofón final tenían las hermosas máscaras que los complementaban. Allí estaba ella, al fondo de aquel vasto salón, vistiendo un sofisticado traje color rojo pasión, la blanca palidez de sus desnudos brazos hacían perfecto contraste con ese rojo que cubría todo aquello que en la lejanía deseaba. 

Llevaba una gran mascara que cubría sus delicados ojos pero, desde la distancia, podía ver dos perlas azules que asomaban de allí y me miraban fijamente. Me dirigí hacia allí con rigurosa prisa, iba zigzagueando todos los emparejamientos  que se deslizaban por la sala de baile, apenas los rozaba mirándola fijamente. Tenía esa capacidad que únicamente tiene aquel que sueña de volar por todo lugar en busca del cometido de su sueño. Me acerqué a ella, allí estaba, la tenía ante mí. Le pedí bailar y la cogí delicadamente de su mano derecha, la lleve al centro de la gran sala y empezamos a bailar. De fondo sonaba Sangre Vienesa y nuestros cuerpos se acoplaban a las notan que alumbraban los instrumentos de la orchesta. En ese momento...todos desaparecieron. Únicamente estábamos ella y yo. El gran salón era para nosotros. 

Todos desaparecieron y nos cedieron lugar para amarnos a través del baile. Las máscaras ocultaban nuestros rostros pero no necesitaba verla para saber que tenía ante mí una preciosidad de delicada piel. Me rendí y me entregué a la música...a ella. Venecia brillaba en su esplendor, los colores adquirían alma y pigmentaban toda aquella noche mágica. 

Parecíamos flotar por aquel piso, no notaba la suela de mis zapatos en el frío mármol del suelo, algo nos hacía ascender hasta la altura del éxtasis. La música dejó de sonar...la sala volvía a llenarse de máscaras y risas. Siempre habían estado allí pero, por un momento, yo y ella los habíamos borrado de allí. Con una suave voz me dijo que la acompañase fuera. Aquella noche recorrimos Venecia con nuestras máscaras, todavía no quería descubrir su rostro, quería que el carnaval no terminase, disfrutar hasta última hora de aquel sueño. 

La Piazza di San Marco se encontraba bellamente decorada con guirnaldas, ambos paseamos por aquellas calles viendo nuestros reflejos en las cristalinas aguas.La besé, no pude remediarlo...la besé. Sus labios eran demasiado tentadores para no hacerlo...la volví a besar. 

Ella me devolvió el beso y se quitó la máscara. 

La vi, me enamoré de ella. La volví a besar... 

No podía creerlo.

Era la hija de Filippo Argenti, no sabe que maté a su padre en un duelo.  Pero la volví a besar...y la amé.

4 comentarios:

  1. Muy hermoso !!!! tu estilo es puramente delicioso !!! intriga, seducciòn, un gran encanto !

    Un beso

    Aurora

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  2. Ansío mi Senhor noticias vuestras. Temo hayais sido herido en singular batalla y vuestra vida se halle en peligro.

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  3. Mi Senhor Tristán, tuve nuevas de vuestro viaje a Tierra Santa y de que vuestra vida peligró en una pendencia. Os ruego mi Senhor me comuniqueis vuestro estado para consuelo de mi persona.

    Isolda de Lammermoor

    Ahora y Siempre

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  4. He pasado por aquí pq estaba desempolvando mi blog. me he preguntado que era de los demás pero veo al corte arrasada, y veo que Isolda te busca xD
    En fin, que pena que todxs dejamos nuestro proyectos... espero que lo retomes.
    Un saludo,
    Un bixo de la corte

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